A través del móvil y las redes sociales los menores tienen acceso a pornografía que reproduce violaciones y agresiones sexuales.

TOLEDO.-Las agresiones sexuales a menores de edad aumentan año tras año entre un 5 y un 10 por ciento, y cada vez son más las cometidas también por menores. Casos como los que en los últimos días han saltado a los titulares en Cataluña, y que ponen de manifiesto un "problema de nueva generación", que preocupa en el Gobierno de Castilla-La Mancha, desde el que consideran necesario preguntarse "qué está pasando" y qué medidas se pueden adoptar para evitar "tantas infancias rotas".

Y es que según los datos disponibles, entre las mujeres que han sufrido violencia sexual, a cuatro de cada diez les ocurrió durante su infancia. Un dato "brutal" sobre el que llamaba la atención este jueves la consejera de Igualdad y portavoz del Ejecutivo regional, Blanca Fernández, para apuntar cómo no es hasta años después, "cuando no pueden denunciar y necesitan recuperarse", cuando estas víctimas buscan ayuda y acuden a los recursos disponibles.

Servicios que son "para reparar lo que ya ha pasado", subrayaba Fernández durante la presentación del proyecto de 'La Casa de la Igualdad' -con el que el Castilla-La Mancha va a 'revolucionar' el modelo de prestación de servicios de atención a la mujer en la comunidad autónoma-, pero "debemos trabajar y pensar en qué tenemos que hacer para que deje de pasar y para no seguir aumentando preocupantemente esas cifras".

Para la consejera de Igualdad el problema no está "ni en la Ley del Menor ni en el Código Penal, sino en la educación de esos menores". Considera que "por mojigatería" no se ofrece una educación sexual adecuada a los niños y niñas, dejando que "se eduquen a través del móvil y las redes sociales, de pornografía". Una pornografía consumida por menores que "reproduce violaciones y agresiones sexuales", subrayaba Fernández.

Por ello, desde la Consejería de Igualdad se va a plantear una campaña específica dirigida a las familias para concienciar sobre la importancia de "no dejar en manos de un móvil y de las redes sociales la educación sexual de sus hijos". Y es que, insistía, "trabajar por la infancia es trabajar por futuro mejor".

En este sentido, Blanca Fernández apuntaba cómo hoy a los recursos de atención a las víctimas de violencia sexual acuden mujeres que "10, 15 o 20 años después no han superado las heridas y tienen que pedir ayuda".