TOLEDO.- Castilla-La Mancha va a suspender con carácter "indefinido" la aplicación del recientemente aprobado canon del agua, confiando en poder abrir una negociación a nivel europeo que permita en el futuro su supresión.
Así lo ha anunciado el jefe del Ejecutivo autonómico, Emiliano García-Page, tras firmar en el Palacio de Fuensalida de Toledo los convenios reguladores de las obras de modernización de los regadíos de la Comunidad de Regantes de Balazote-La Herrera (Albacete) y de la Comunidad de Regantes del Pantano Estrecho de Peñarroya (Ciudad Real).
Se trata de un "paréntesis" en el cumplimiento de la obligación europea -existente para todas las administraciones de implementar un canon para la gestión del agua-, que si bien se encuentra regulado no se aplicará en Castilla-La Mancha de forma indefinida.
Y es que en un contexto como el actual, en el que el país se está enfrentando a una "emergencia" en el acceso a materias primas, con los precios de los servicios básicos al alza y el "estrangulamiento" del transporte, desde el Gobierno regional se ha decidido aprobar con urgencia una suspensión indefinida del canon y "abrir una negociación con la Unión Europea de manera que no se aplique".
Una negociación, ha precisado García-Page, que se planteará en el contexto de las negociaciones sobre el consumo energético y los precios básicos que se está abordando, en un momento en el que la inflación se está "disparando", "una espiral a la que no queremos contribuir".
Por ello, desde el Gobierno castellanomanchego se plantea hacer un paréntesis en la aplicación de dicho canon, ya aprobado siguiendo la estela del resto de comunidades autónomas y en cumplimiento de la legislación europea, y suspender su aplicación de forma indefinida.
En este sentido el presidente regional ha recalcado que no se puede suprimir, al ser una obligación legal para las administraciones, pero "no lo vamos a aplicar".
Una decisión que se adopta desde el convencimiento de que el debate en el seno de Europa "cambiará esta perspectiva", lo que permitirá que "algún día se pueda pensar en anularlo con carácter indefinido también".
Un planteamiento que responde, según García-Page, a "vivir a pie de calle, hablar con mucha gente que nos reclama muchas decisiones".
"JUEGO DURO"
Por otra parte, el presidente regional ha avanzado también su intención de mantener una reunión con la vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y otras autoridades en materia de agua, a quienes piensa plantear "algunas quejas".
Algo que asegura hará "profusamente" en relación con la gestión de "algunos regadíos y pozos", así como sobre "los retrasos eternos en la burocracia de algunas confederaciones hidrográficas, que se traducen en pagos injustificados".
Cuestiones que Page asegura no va a permitir, por lo que avisa que habrá "juego duro". Y es que, ha subrayado, está viendo cómo en muchos sitios "se acuerdan de Page", cuando "Page nada tiene que ver".
En este sentido el presidente regional se planteado que es ahora "a lo mejor" cuando "algún funcionario que lleva años callado está sacando expedientes, casualmente" o que "funcionarios u otros responsables miran para otro lado, tardando cinco, seis o siete años en contestar una solicitud". Algo que ha calificado como "negligencia pura".
Cuestiones sobre las que "se va a actuar", ha sentenciado García-Page.
