Cospedal vuelve a quemarse con su defensa de Cifuentes 

El caso Cifuentes podría no haber dejado una única víctima en el camino, al pedírsele ahora también explicaciones a la secretaria general del PP y presidenta de los populares castellano-manchegos, María Dolores de Cospedal, quien no ha dudado en defenderla hasta el último momento. 

TOLEDO.- Quien con fuego juega se quema, dice el refrán. Esto es lo que le ha pasado a la secretaria general del Partido Popular y presidenta de los populares castellano-manchegos, María Dolores de Cospedal, quien en su defensa de la ya expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha terminado quemándose la mano. 

No era la primera vez, y le ha vuelto a pasar. Horas después de que eldiario.es destapase el escándalo del máster de Cifuentes, María Dolores de Cospedal se lanzaba a su defensa a cuerpo descubierto, escribiendo en su cuenta de Twitter: "No todo vale en política. Las actuaciones de estos días contra @ccifuentes son mezquinas, machistas y miserables. Parece que a algunos les gustaría conseguir lo que no consiguió un accidente de tráfico mortal. Retomando sus palabras de ayer: a seguir todavía con más fuerza". 

Una fuerza que le ha durado exactamente 34 días más, y que este miércoles se le agotaban cuando la grabación de la ya expresidenta madrileña 'pillada' llevándose en el bolso dos cremas de un hipermercado hace siete años. 

Mientras que en privado miembros de la Dirección del PP defendían a Cifuentes, aunque sin atreverse a hacerlo en público, escaldados por los escándalos de Bárcenas o Rato, la ministra de Defensa y secretaria general del PP cargaba con dureza contra quienes criticaban a su compañera. 

Una línea que ha mantenido hasta el último momento. Y es que Cospedal ha sido la única dirigente del PP que ha seguido hasta el final apoyando abiertamente a la madrileña. Lo hacía hace tan solo una semana, cuando Cifuentes renunciaba por carta a su máster, ante lo que la secretaria general de los populares aseguraba que le había parecido "bien fundamentada y muy explicativa de todo lo que ha ocurrido", por lo que afirmaba seguir apoyándola. 

Tomaba así partido en el debate interno existente desde hacía semanas en el seno del PP, en el que a pesar de la puesta en escena de la Convención en Sevilla –con ovación incluida para Cifuentes y el llamamiento de Cospedal a defender "a los nuestros"- eran ya más los que pedían su salida que quienes, como la expresidenta castellano-manchega querían que resistiera. 

Un Partido Popular con batallas personales encarnizadas que, a la vista está, han terminado llevándose por delante a Cristina Cifuentes y dejando en una situación delicada a la propia Cospedal, que no solo ha visto cómo se quemaba la mano por defender a la madrileña, sino que también en los últimos días ha tenido que escuchar a Rajoy situándola de nuevo como la "candidata ideal" para las autonómicas en Castilla-La Mancha. Un viaje de vuelta a la región por el que no parece estar muy por la labor de momento, por lo que tiene, por si acaso, en plena operación mediática su número dos y fiel escudero, Vicente Tirado. 

Pero esta no es la primera vez que Cospedal pone la mano en el fuego por algo o alguien, y termina quemándose. Saltarse la máxima que se venía repitiendo desde 2009, cuando aseguraba que ponía la mano en el fuego únicamente por su familia "y poco más", le ha pasado factura a Cospedal. La entonces líder de la oposición en el Parlamento castellano-manchego y secretaria general del PP, se extrañaba por el presunto cohecho del tesorero del partido, Luis Bárcenas, puesto que nunca había ocupado un cargo público y del que llegó a decir que estaba sufriendo "una situación de indefensión inaceptable". 

El tiempo, las investigaciones policiales y judiciales, terminarían dando la vuelta a la tortilla y la propia Cospedal se vería cara a cara en los tribunales con el extesorero. 

Cuatro años más tarde, en otra entrevista de un medio nacional, Cospedal volvía a asegurar que la mano en el fuego solo la ponía por su familia, aunque no guardaba "la menor duda" en defender la "honorabilidad" del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que por aquel entonces enfocaba sus acusaciones el mismo extesorero a quien había defendido públicamente. En ese 2013 Bárcenas ya no era para Cospedal una persona en situación de indefensión, sino un "mentiroso compulsivo" del que se podía esperar "cualquier barbaridad". 

Pero tampoco hace falta irse mucho más allá, para encontrar a la secretaria general del PP 'arriesgando' su mano, en este caso por el funcionamiento de su partido. Así lo hacía en febrero de 2017, cuando preguntada por la jornada del juicio del caso Gürtel en la que estaba llamada a declarar la exministra Ana Mato, por haberse lucrado presuntamente de la trama,  Cospedal manifestaba su interés en que se conociera "toda la verdad" sobre el caso, al tiempo que aseguraba poner "la mano en el fuego" por el funcionamiento en esos momentos de su partido y por los "instrumentos de control de hoy", aunque reconocía que "todos los procedimientos pueden fallar, en todas las organizaciones". 

No obstante, se mostraba tranquila por la actuación de la Justicia para que se pudiera conocer toda la verdad y apostaba por hacer "de la necesidad virtud", pero sin descartar que algún día pudiera aparecer "alguien que haga cosas mal, como en cualquier sitio". 

En este 2018 volvía a poner la mano sobre las llamas, por Cristina Cifuentes, y la expresidenta castellano-manchega ha vuelto a salir trasquilada. 

Después de una defensa a ultranza de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, era la propia Cospedal quien se veía obligada a trasladar a Cifuentes que ahora sí, el presidente del partido había decidido que era el momento de que dimitiera. Un máster 'a la carta', un mes de mentiras, la reputación de una universidad pública por tierra y un vídeo sobre el hurto de dos cremas anti-edad después, Rajoy decidía que este miércoles que había llegado el momento. 

Y así se lo hizo saber a su secretaria general y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y al coordinador general del partido, Fernando Martínez-Maíllo. Cifuentes debía estar fuera de la Puerta del Sol antes de que arrancara el pleno de presupuestos en el Congreso.  

Dicho y hecho, la propia Cospedal acudía a primera hora a la antigua Casa de Correos para comunicar a Cifuentes la decisión que la invitaba a dejar la Presidencia de la Comunidad de Madrid, aunque no así, por el momento, ni el acta de diputada ni su cargo al frente del PP madrileño. 

Una defensa hasta el último minuto que no ha sentado nada bien en determinado sector de la dirección del Partido Popular, desde el que se cuestionan cuáles han podido ser los motivos que hayan llevado a Cospedal a exponerse de tal forma.  

La secretaria general de los populares se podría encontrar ahora en el punto de mira de quienes, dentro de la propia familia popular, han tenido sus encontronazos con ella. Quizás con su 'incomprensible' defensa de Cifuentes, la propia Cospedal ha reactivado las maniobras de aquellos que quieren a toda costa su sucesión. 

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