El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón. — ARCHIVO

TOLEDO.- Alberto Garzón y Emiliano García-Page siguen enzarzados en la polémica sobre la carne en la ganadería intensiva. Pese a que este jueves las Cortes de Castilla-La Mancha -con la mayoría del PSOE- han aprobado a instancias del presidente regional una moratoria a la instalación de macrogranjas procinas y han rechazado reprobar al ministro de Consumo, ambos dirigentes continúan prologando su cruce dialéctico.

Y es que en una entrevista concedida al programa de televisión El Intermedio, el líder de Izquierda Unida ha mostrado su sorpresa por las declaraciones de Page, quien dijo sobre él que "cuando el diablo no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo" y le calificó de "populista barato".

"Me atacó con ferocidad y con unas formas que yo no puedo compartir nunca en política", declaró el ministro, quien recordó que apoyó públicamente la moratoria autonómica durante una visita a un colegio -de monjas, como le ha recordado después Page- en Cuenca, y las ha achacado a la oposición del dirigente regional a la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno de España.

Sobre las declaraciones a The Guardian, ha recalcado que son "impecables" y que parten de la evidencia científica. También ha sostenido que la entrevista fue "troceada" de forma interesada por el "lobby cárnico" para construir un "bulo", aprovechado por el Partido Popular de cara a los comicios del 13 de febrero en Castilla y León.

Esta mañana, después de una reunión con la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Garzón ha defendido el derecho de los consumidores a conocer "con la mayor precisión posible" el origen de los productos cárnicos, y ha criticado el modelo de las macrogranjas por su "enorme coste social, ecológico y económico".

Por su parte, el jefe del Ejecutivo castellanomanchego ha reaccionado a las declaraciones de Garzón negando que le atacara con ferocidad. "Yo no le tengo ninguna tirria", ha comentado ante los micrófonos de Onda Cero, donde también descartó pedir su cese al ser una cuestión que depende de Pedro Sánchez.

Page ha opinado que a Garzón "le interesa estar en la polémica porque tiene pocas competencias en el Ministerio", y ha subrayado que Consumo es de "esas materias transversales donde puedes hablar de todo, pero realmente se decide muy poco".

Posteriormente, en una rueda de prensa junto a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, el presidente de la Junta ha reiterado su desacuerdo con Garzón porque "no se puede decir fuera de España" que un producto de nuestro país es de "discutible calidad".

Ha comentado que las empresas ganaderas son "envidiadas en el mundo entero" y "cuentan con miles de trabajadores, no lobistas", motivo por el que ha invitado de nuevo al ministro a visitar una explotación de la región "a explicarles que su trabajo o el producto que hacen es de peor calidad".

"Esto es como discutir si la calidad de un pez que pesca con una caña o la que se pesca en redes por miles es mejor o peor", ha espetado el dirigente socialista, que ha indicado que "el tamaño no importa". Para Page, lo elemental es que "no hable de mala calidad de un producto español sin haberlo probado".

"PAUSA" A LAS MACROGRANJAS

Sobre la moratoria aprobada en la Cámara autonómica, el presidente ha precisado que la misma no supone ningún tipo de ilegalización de algún tipo concreto de instalaciones ganaderas. "Nosotros no vamos a prohibir las macrogranjas ni podemos hacerlo" ha comentado, añadiendo que el debate sobre lo que es una macrogranja o no "es muy complejo".

García Page ha matizado que la normativa regional plantea "una pequeña pausa procesal" -hasta 2025- para poder llegar a un "consenso" con el sector ganadero, que tiene que estar "a salvo también de la demagogia barata o del fanatismo más absoluto".