TOLEDO.- Miles de kilómetros recorridos, cientos de propuestas y compromisos, muchas más fotos y abrazos, mítines, mensajes para el contrario y todo sin olvidarse de pedir el voto, algo esencial de cara a este domingo, 28 de mayo, en el que los castellanomanchegos decidirán su futuro gobierno.
La intensa campaña electoral toca a su fin para todos este viernes. Un cierre en el que se aprovechará hasta el último momento para buscar la confianza de quienes aún no tienen decidido quién será el destinatario de su voto y a la vez animar a ir a las urnas a aquellos que quizás duden si acudir.
Campaña electoral que arrancaba con el escándalo de las dietas por kilometraje cobradas de las Cortes por el candidato del Partido Popular aún coleando, tema que ha sido también cita recurrente en actos y mítines socialistas, y que los populares han tratado de contrarrestar lanzando una ofensiva con vallas publicitarias y furgonetas como soporte para sus ataques contra el presidente regional y candidato del PSOE, Emiliano García-Page.
Dos formas de hacer campaña con la que el Partido Socialista ha querido marcar la diferencia respecto a sus oponentes, contraponiendo su propuesta "limpia", de defensa de la gestión realizada y exposición de iniciativas para los próximos cuatro años, a la "sucia" desplegada por los populares, basada en el insulto, la difamación y las injurias -tal y como han denunciado desde el PSOE-.
Una guerra de trincheras en la que unos -sabedores de que tienen la posibilidad de revalidar mayoría absoluta y encadenar un tercer mandato- y otros -conscientes de que sus opciones pasan por crecer en escaños y sumar con la ultraderecha para gobernar- han desplegado todo su arsenal.
Encontronazos al margen de los que han quedado los otros tres partidos que aspiran a obtener representación en la Cámara autonómica (unos con más y otros con menos expectativa según lo que han venido reflejando las encuestas), que han preferido dejarlos para socialistas y populares.
Pero las "furgonetas de la vergüenza", como las bautizaba el secretario regional de Organización del PSOE, Sergio Gutiérrez, no han sido los únicos vehículos que han tenido un lugar reservado en mítines y actos públicos, puesto que el diseño elegido por el PP para su autobús de la caravana electoral en el que los populares decidían 'montar' a Moreno Bonilla, Núñez Feijóo y Díaz Ayuso para acompañar a su candidato.
Una 'escolta' que Paco Núñez ha precisado a lo largo de toda la campaña, no valiéndole solo llevar su foto en el autobús, sino que también se ha hecho acompañar en buena parte de los actos por algún dirigente nacional del partido o presidente autonómico a tomar como modelo.
Algo que no siempre ha salido del todo bien, comenzando por el arranque de la campaña, en el que la vicesecretaria de Políticas Sociales y Reto Demográfico, Carmen Fúnez, pedía el cambio para su candidato, o días después la retranca gallega de su líder nacional quien refiriéndose a Núñez -con el que ha compartido varios actos en estas dos semanas y aún con la devolución de las dietas cobradas aun teniendo coche oficial a disposición- como el "presidente peatonal".
Planteamiento distinto al que se seguido el PSOE, en el que Emiliano García-Page tan solo ha coincidido en un acto de campaña con el presidente del Gobierno y secretario general del partido, Pedro Sánchez. Eso sí, un multitudinario acto en el que triplicaron el número de asistentes al mitin ofrecido en el arranque de la campaña por Núñez y Feijóo en Toledo.
Pero Sánchez y Núñez Feijóo no han sido los únicos líderes nacionales que han visitado tierras castellanomanchegas en esta campaña. Así, el candidato de Unidas Podemos ha estado arropado en alguno de sus actos por la secretaria general de la formación morada y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Bellarra; contando también con la ministra de Igualdad, Irene Montero, en otro de ellos.
Por su parte la candidata de Ciudadanos, Carmen Picazo, ha contado en este tramo final de la campaña con el apoyo de la presidenta del grupo en el Congreso, Inés Arrimadas, y el aspirante de Vox a presidir la Junta de Comunidades, David Moreno, ha tenido al presidente nacional del partido, Santiago Abascal, como cabeza de cartel en varios actos.
Una campaña electoral en la que también ha habido debate en la televisión pública autonómica -el segundo de su historia- y en el que se daban cita los candidatos de los cinco principales partidos que optan a la presidencia de la Junta.
Debate planteado como un 'todos contra Page', del que el socialista lograba salir airoso; en el que no se confirmaron pactos para el día después de las elecciones aunque sí quedaba clara la disponibilidad de unos y otros a ello; los candidatos expusieron sus propuestas en distintas materias y también hubo tiempo para hablar de "complejos" con Madrid, acusar sobre la supuesta expropiación de tierras y ofrecer una botellita de agua recién cogida del Tajo a los oponentes, aunque para ello hubiera que saltarse las normas.
Una ocasión en la que los cinco candidatos participantes tuvieron también la oportunidad de plantear sus posiciones sobre cuestiones que también han entrado en la campaña, como los trasvases, la gestión realizada durante la pandemia o la política fiscal.
Y después del cara a cara, más kilómetros, más promesas y algunas querellas que ya se resolverán después de que los ciudadanos hayamos elegido en las urnas.
